Enclave, Ann Aguirre

En el mundo de Dos, un enclave subterráneo, la gente debe sobrevivir hasta los quince años para unirse a uno de estos tres grupos: Criadores, Constructores o Cazadores. Dos se ha convertido en Cazadora. Y su cometido es claro: salir del enclave a buscar comida para los demás enfrentándose a unos feroces monstruos a los que llaman Engendros.

Pero todo está a punto de cambiar para siempre. Por un lado, Dos conocerá a Van, un joven cazador indisciplinado, pero a la vez seductor y mortal con los cuchillos. Por otro, los engendros comienzan a dar muestras de una escalofriante inteligencia que los gobernantes del enclave prefieren ignorar. La balanza en la lucha por la supervivencia está a punto de dar un vuelco y Dos va a descubrir los intrincados secretos que aguardan fuera del enclave.

Dos ha entrenado durante toda su vida para convertirse en cazadora y ganarse sus marcas. Escondidos bajo la superficie los ancianos dirigen el enclave, cada uno de sus integrantes tiene un papel en la vida, sirve a un fin, o eres criador o constructor o cazador.

Pero la ordenada vida de dos cambiará cuando conozca a su compañero Van, y descubrirá que las cosas no son como ella había creído.

Enclave es una novela que engancha desde la primera página, puede sonar a tópico, pero la verdad es que hacía mucho que no me pasaba con una novela juvenil, el problema es que la historia sube y baja constantemente.  
Enclave cuenta con unos giros argumentales que sirven para enriquecer la historia y dotarla de más matices, pero al mismo tiempo, se ha hecho necesario (en mi opinión) que algunas escenas no hubiesen sido tan esquemáticas, que la autora se explayara más contándonos los detalles

El universo que ha creado la autora es oscuro y peligroso y está tan cuidado al detalle que es fácil imaginarse en él. Gran parte del peso de la novela lo sostiene ese mundo disciplinado y obsoleto en el que Dos se ha criado y que tanto choca con el mundo salvaje de Van.
La historia está narrada por Dos, un personaje fuerte y decidido que no se cuestiona de buenas a primeras las reglas y decisiones de los que dirigen el enclave principalmente porque es todo lo que conoce. Pero que aprenderá a hacerlo conforme se vaya dando cuenta de las contradicciones de ese mundo que ella ha creído perfecto.

"Sabía que estaban sopesando el beneficio que podía proporcionarles ver a dos antiguos héroes caídos; serían dos sacrificios por el precio de uno. Van había demostrado que era el mejor de los cazadores. ¿Veis?, dirían. Cualquiera puede descarriarse. Es por eso por lo que es tan importante una constante vigilancia y obediencia".

Sorprende al mismo tiempo que la autora no escatime en momentos duros y decisiones difíciles de tomar. La sangre salpica, los engendros no son otra cosa que zombis que poco a poco van desarrollando una inteligencia que vuelve más difícil la supervivencia del grupo.
En general como ya he dicho, es una novela que he disfrutado bastante, los puntos más débiles o lo que menos me ha gustado es el intento de meter varios triángulos amorosos con calzador. La incipiente no relación entre Van y Dos era más que suficiente y mucho más interesante, pero la pega principal recae en los triángulos no eran necesarios para la historia.
Pero sobre todo lo que más fría me ha dejado es ese final anticlimático que nos deja con la sensación de que le faltan por lo menos veinte páginas más.
Aunque eso no quita que esté deseando ya, poder disfrutar de la segunda parte.