Reseña de Si no despierto, Lauren Oliver

Imagina que solo te queda un día de vida ¿Qué harías? ¿A quién besarías? ¿Hasta dónde llegarías para librarte de morir?

Samantha Kingston lo tiene todo a su favor: es guapa, es popular y sale con el chico perfecto. El viernes 12 de febrero debería ser un día más en su fácil vida, pero no lo es: es el último día. O más bien los últimos, porque Samantha se despierta una y otra vez en la mañana del viernes 12 de febrero y vuelve a vivir la misma jornada siete veces… hasta que se da cuenta de que en su mano está realizar cambios minúsculos que supondrán diferencias enormes.

Cuando compré este libro, tenía cierto temor a leerlo porque sabía que me haría llorar, lo que no me esperaba era que me pusiera de tan mala leche. 

Me explico, a pesar que todos sabemos y/o intuimos lo que va a pasar, nos queda una pequeña esperanza de que la historia nos sorprenda, además Kent me gusta mucho y me parece muy cruel que le enseñen el caramelo que lleva esperando toda su vida para luego quitárselo.

Bueno ahora que ya me he quedado genial despotricando un poco, empiezo con la reseña. Si no despierto es la historia del último día de vida de Sam, pero un día que no termina y se repite siete veces, en ese último día Sam evolucionará como persona, se dará cuenta de sus errores e influirá en la vida de los que le rodean.

Sam es una chica guapa y popular y en algunos momentos incluso cruel, sus amigas son todavía peor, sobre todo Lindsay, personaje realmente odioso que consigue anular completamente la personalidad de Sam. Sam ha olvidado lo que es no formar parte del grupito de las populares, ya que ella también ha sufrido en sus carnes la maldad de Lindsay, hasta que un día ésta decidió que fueran amigas. 

A medida que pasan los días Sam se va volviendo más crítica con su actitud y la de su grupo, va cambiando su manera de ser, al mismo tiempo va descubriendo a Kent, un amigo que lleva toda la vida enamorado de ella (soportando los desplantes y burlas de Sam) Kent es dulce, bueno (demasiado), inteligente... Así que será normal que Sam acabe descubriendo a la fantástica persona que siempre ha tenido a su lado, aunque, un poco tarde.

Sorprende que la repetición del mismo día siete veces no sea para nada pesado, y es que los días son diferentes y sirven para mostrar la evolución de Sam.

Si no despierto es una historia que irradia ternura, quizás el momento que culmina este sentimiento sea el día que Sam pasa con su hermana, a la que también redescubre en estos últimos siete días.

Como siempre tenemos a la mala malísima, Lindsay al chico bueno Kent, al no tan bueno Rob y a la chica de la historia, Sam. Cada personaje tiene su personalidad bien definida e individualizada, esto es uno de los puntos a favor del libro.

"-No estoy con Rob-repongo-. Ya no.
-¿Ya no? -pregunta rápidamente, inclinándose hacia mí.
Estamos tan cerca que puedo distinguir las vetas doradas de sus ojos, recortadas sobre el verde como los radios de una rueda.
Niego con la cabeza.
-Ah, pues es bueno saberlo -dice él sin dejar de mirarme, y tengo la impresión de que es la primera y la última vez que alguien me mira de verdad-. Porque...
[...]
-¿Porque?-susurro, sorprendida por ser capaz aún de hablar.
-Porque, sintiéndolo mucho, no puedo evitar besarte ahora mismo.

El final tiene una doble lectura, además de ser el final previsto, Sam hace una especie de sacrificio (El título en inglés es bastante esclarecedor al respecto) como si sirviera para "arreglar" aquello que hizo mal anteriormente. En cualquier caso, un final esperado.

Por los motivos que he señalado al principio de la reseña, Si no despierto no se lleva más que cuatro lunitas.