Reseña de Las chicas malas no mueren, Katie Alender

Alexis no cree en cosas sobrenaturales, por eso cuando su hermana empieza a actuar y hablar de forma extraña y sus ojos azules se vuelven verdes cree que el problema es que se está volviendo loca.

Pero cuando Megan a quien ha odiado sistemáticamente desde que la conoció le ofrece su ayuda y le expone otra posibilidad, empieza a creer que quizás el caso de Kasey es mucho más complicado de lo que parece.

Con un título tan sugerente y una portada más bien espeluznante (Aunque la original la supera, me recuerda a Los otros) empecé el libro pensando que lo iba a pasar bastante mal; cuál ha sido mi sorpresa al comprobar que la novela no sólo es terrorífica sino que también hay lugar para el romance.

Lo más importante para mi de una novela, independientemente de la trama son los personajes, si estos están bien definidos y son interesantes la historia surge sola. En el caso de Las chicas malas no mueren los personajes son la parte más importante de la novela. Alexis es la narradora y el personaje principal y es además un personaje sumamente interesante. Es extravagante, con su pelo teñido de rosa, pero principalmente es auténtica, no está dispuesta a dar nada por sentado, es capaz de luchar por lo que cree, bien sea por el medio ambiente bien sea por salvar a su hermana Kasey de algo tan espeluznante.

Alexis y Kasey viven prácticamente solas, tanto su padre como su madre se dedican casi exclusivamente a sus asuntos, por lo que a pesar de llevarse dos años, las dos hermanas están muy unidas. 

El cambio en Kasey no es tan evidente al principio ya que desde las primeras páginas se nos presenta como un personaje extraño, a penas tiene amigas y está obsesionada con coleccionar muñecas. Muñecas que a cualquiera le pondría los pelos de punta. 

En el otro extremo está Megan que para Alexis es la típica animadora borde que no duda en burlarse de la gente, aunque finalmente acaba descubriendo que ambas se parecen mucho más de lo que creen. 

Carter por su parte aparece para descolocar totalmente a Alexis, irrumpe en su vida  a lo bestia, propinándole un buen chichón (es literal) pero pronto descubre que su compañía la tranquiliza y la calma aunque al mismo tiempo despierte en ella otro tipo de sentimientos más complicados.

"De alguna forma, durante nuestra conversación nos habíamos acercado el uno al otro. Nuestros brazos se tocaban. Noté una corriente eléctrica en la piel.
No cabía duda de que Carter era mucho más que un chico con pinta de pijo"

Las chicas malas no mueren me enganchó desde la primera página y como es fácil de leer prácticamente la devoré de una sentada. En algunos momentos el vello se pone de punta, en otras se escapa un suspiro... Sin duda tendré en cuenta a esta autora la hora de buscar nuevas lecturas.