Cuarentañeras, Regina Roman

Mira que hay agoreros que disfrutan gastando lengua acerca de la crisis de los 40. ¡Será la que ellos sufren, no te fastidia! Mi amiga Rita es una de ellos.

Rita se encargó de deprimirme pensando en los 40. Yo, que siempre decía: «¿Crisis? ¿Qué crisis?», llegué a paralizarme de puro miedo. Si quieres desterrar fantasmas y descubrir qué hay de mito en tanto rollo pesimista, acompáñame a través de estas páginas y sorpréndete, porque si tú quieres, puede ser la mejor época de tu vida: ¡El retorno a los 20!

Lola Beltrán

Lola está a punto de cumplir cuarenta años, pero ese no es su mayor problema, su mayor problema es su amiga Rita Postín, la mujer más negativa y agorera que nadie se puede encontrar jamás. 

Pero Lola no se dejará arrastrar por los problemas, además no dicen que las mujeres están fantásticas a partir de los cuarenta...
Descubrí a Regina, con su primera novela, Un féretro en el tocador de señoras, una novela divertidísima con la que disfruté mucho. Cuarentañeras, sigue la estela de su predecesora, las mismas protagonistas divertidas e irónicas, o tal vez es lo que les sucede lo que resulta irónico.
Un estilo fresco que nos pinta una sonrisa en la cara.

Cuarentañeras es una novela divertida, de esas en las que no puedes evitar la carcajada, pero es al mismo tiempo una novela con mensaje, uno es tan viejo como se siente no por la edad que tiene.

Es una historia donde las protagonistas son las mujeres, cada una de ellas con una personalidad diferente, Lola es la líder, la que lucha y se enfrenta a los problemas. Feli, es la que se autoengaña hasta que ya no puede negar lo evidente (su marido se arrepiente, ¡ja!). Es muy dependiente y siempre busca la autoafirmación en Lola.
Y luego está Rita Postín, cuyo nombre le va como anillo al dedo... (Drae: Postín: Presunción afectada o sin fundamento. Darse importancia) Es la que vive amargada y todos sus males los achaca a la edad, cuando el problema es que es una borde, que sobre actúa (vamos que lo hace de pena) y que está más sola que la una. Es tan desagradable, que decide regalarle a su amiga una agenda que explica todos los males que le llegarán de la mano de los cuarenta.

Todo ello aderezado de unas notas de humor e ironía inteligente, que le dan un puntito irreal a la historia y los problemas que plantea.

"-Señorita, ¿es este el coche que hay que remolcar? -asentí- ¿A qué taller?

Ay, madre, ¿cómo le digo que a la gasolinera más próxima sin que se parta en dos de risa? Me estiré muy digna. Por un microsegundo, parecí Rita.

-Al servicio oficial -ya arreglaré el desaguisado más tarde, me entenderé con ellos, aflojaré la pasta... -y a mí déjeme en D+D Publicidad -el hombre puso cara de pasmado, no le hizo la menor gracia que lo confundiera con un taxi-. Lo siento, no puedo faltar al trabajo y no viene ningún... -le hice un puchero, mi especialidad. Coló"

Entre el género masculino de la novela, destaca Rafa, el hijo de diez años de Lola, que es un solete:

"En cuanto a lo de los cambios de humor..., dice el profe que será como una montaña rusa, así que cuando me enfade y te grite, no me lo tomes a mal, en realidad no seré yo, serán las hormonas...

Cuarentañeras es como uno de esos libros de autoayuda, en los que después de leerlos ves las cosas de otra manera, desde otro punto de vista más positivo.
Divertido y ameno, es una lectura fresca que te ayudará a desconectar de todo durante unas horas.