Reseña de El bosque de los árboles muertos, Ana Alcolea

Beatriz va a pasar sus vacaciones veraniegas en un antiguo castillo en Escocia, algo que no le agrada demasiado. Preferiría quedarse con sus amigos en la piscina o en la playa, pero su suspenso en inglés ha hecho que su madre recurra a una antigua amiga para que la acoja durante el verano y así Beatriz pueda practicar el idioma.

Lo que parece un aburrido verano en una isla medio deshabitada se transformará en una aventura llena de misterios, porque a veces los fantasmas del pasado regresan para poner orden en el mundo de los vivos.

El bosque de los árboles muertos es una novela muy entretenida, con la que en más de una ocasión he dado un respingo en el sofá mientras la leía. Esta ambientada en la escocia literaria, la habitada por fantasmas.

La novela está contada por un narrador omnisciente que salta de personaje a personaje y retrocede al pasado para contarnos los hechos más importantes de sus personajes. Para ello se servirá de cartas, de recuerdos de otros personajes... En algunos momentos me ha recordado mucho a una novela que leí hace miles de años Los escarabajos vuelan al atardecer de María Gripe. Quizás por el uso de las epístolas para contarnos una historia de amor desgraciado o el estilo misterioso de la narración, en cualquier caso, Los escarabajos... fue una de mis novelas de cabecera en mi adolescencia.

El punto que menos me ha gustado han sido ciertos aspectos de los personajes, Bea es grosera, hace preguntas impertinentes... y sobre todo es desagradecida, mientras que Peter e incluso sus hermanos más pequeños, son todo educación y corrección. La autora hace abuso de la "educación británica" en algunos momentos parece decir, "disculpadla no es de aquí". Pero sobre todo me molesta lo que pudo haber sido y no fue. A pesar que se insinúa un interés por parte de Bea y de Peter, el contacto jamás llega a producirse. Del mismo modo la relación entre Renata y Raymond también queda muy en el aire, a pesar de saber que se querían sólo podemos imaginar, suponer, que pasó algo entre ellos.

"Cuando eliges un camino, solo hay ese camino. El otro, el que no hemos escogido, no existe"

Me han encantado las referencias que hace Bea a diversas obras y a diveros autores, intercalando versos de Bécquer y de Neruda. La autora se ha servido de Orwell y sus vivencias en la guerra civil española, para hacer más verosímil su argumento, ubicando la narración en la isla vecina a la que murió el escritor.

En general es una novela muy juvenil, pero ideal para leer mientras la lluvia azota nuestra ventana.