Los sangre Azul: Keys to the repository (1º Capítulo)

Fiestas lujosas. Apasionados encuentros en la noche. Asesinatos escalofriantes. Exámenes parciales. La vida cotidiana de Schuyler Van Alen y sus amigos Sangre Azul (y enemigos) nunca es aburrida. Pero hay mucho más que conocer sobre estos hermosos y poderosos adolescentes. Debajo de las calles de Manhattan, en las paredes de la UAB, existe una gran cantidad de información reveladora sobre la élite de vampiros que se remonta a antes del Mayflower 

En una serie de historias cortas, anotaciones de diarios y cartas nunca antes vistas, la exitosa autora Melissa de la Cruz entrega a sus hambrientos fans las llaves de la UAB e incluso una mirada más exhaustiva al mundo secreto de Los sangre azul. ¿No entrarías?

Capítulo Uno

Era el principio del fin. Lucifer, el Príncipe del Cielo, la estrella del alba, el ángel más bello de todos los tiempos, llegó a estar tan enamorado de su propia belleza y poder que llegó a creer que su luz era tan grande como la del Todopoderoso, y que el trono debería ser suyo y sólo suyo. Y por lo que reunió a su ejército de ángeles leales para la guerra para poner fin a todas las guerras, y con espadas llameantes, las trompetas de retumbando y el fuego del infierno en su corazón, llegó a reclamar lo que no era suyo para hacerlo.

La batalla fue un día de humo negro y llamas ardientes, los choques entre espadas y látigos. Por desgracia, con la victoria en manos de Lucifer, en el momento crucial para dar el golpe aplastante, los Ángeles gemelos del Apocalipsis- Abbadon y Azrael- sus lugartenientes más leales, se alejaron de su mano. Ellos traicionaron a la Estrella del Alba y en su lugar se arrodillaron a la espada de oro de Michael, cambiando el rumbo de la batalla. Pero ya era demasiado tarde para salvarse.

Todos los ángeles renegados fueron expulsados del cielo. Despertaron al frío de la tierra como inmortales, condenados a caminar en el mundo para siempre, y malditos hasta el final de los día a alimentarse de la sangre de sus hermanos hombres.

Donde una vez fueron ángeles, eran ahora "vampiros." Ángeles de fuego y muerte. Criaturas sin alma privados de luz y amor, con la sangre inmortal azul corriendo por sus venas.

Pero no estaban sin esperanza. Gabrielle, la virtuosa, por amor a su pueblo, decidió descender con ellos, para llevar un rayo de luz a los condenados. Ella fue seguida por su compañero, el más poderoso de todos ellos, Michael, Puro de corazón, que no podía soportar pasar la eternidad al lejos de ella. Gabrielle y Michael fueron llamados los vampiros incorruptos, por elección en lugar de pecado.

Juntos, Gabrielle y Michael crearon el Código de los Vampiros, un fundamento de las normas que regirían su comunidad a través de los siglos, y les ayudarían a forjar un camino de regreso a su hogar en el paraíso glorioso. Los ciclos de vida de los vampiros se coordinaron para que coincidieran con una vida humana, y así los vampiros siguieron los ritos de la vida (Expresión), la muerte (Expulsión), y la reencarnación (Evolución).

Pero Lucifer y sus ángeles se mantuvieron despectivos ante su caída del Paraíso. No tenían ningún deseo de recuperar la gracia de Dios o vivir según el Código. Ellos se aprovechaban de sus compañeros vampiros, se alimentan de su sangre y su memoria hasta que se convirtieron en seres del caos, la miseria, y el delirio. Su sangre se volvió de plata, y se les llamaba Croatan, los sangre de Plata.

Por un tiempo fueron sometidos y controlados por el poder de los incorruptos, y durante siglos sirvieron como esclavos de los Sangre Azul. Eso es, hasta el día en que los esclavos se rebelaron contra sus amos en una masacre sin piedad. De este modo Michael declaró la guerra contra Lucifer y sus seguidores, en busca de venganza y llevando consigo muerte y desolación a sus enemigos.

La guerra culminó en una batalla final en la antigua Roma, cuando Cassius (Michael) puso al descubierto al emperador Calígula, que se mostró como el mismo Lucifer. Michael envió a Lucifer a los fuegos del infierno por la punta de su espada de oro, encerrándole para siempre detrás de una puerta impenetrable.

Después de Roma, durante milenios los sangre azul vivieron en relativa seguridad. Sin embargo, cada cien años más o menos, persistían los rumores de ataques a los vampiros jóvenes en Venecia, Florencia, Barcelona y Colonia, pero la información era concluyente, y suprimido después. Para todos los efectos, la comunidad creía que los Sangre de plata habían sido destruidos.

Afligidos por el aumento de la persecución religiosa en Europa en el siglo XVII, un aquelarre de Sangre Azul cruzaron a Estados Unidos, en busca de la paz. Pero el antiguo mal los siguió allí, con una ola de misteriosas desapariciones en Plymouth. Unos años más tarde, la colonia completa de Roanoke fue tomada, con ninguna pista sobre su paradero a excepción de un único mensaje "Croatan", clavado en un árbol.

Durante este tiempo de caos en Plymouth, John Carver (el ángel Metraton) llamó a un voto blanco para impugnar el liderazgo y obtener el título de Regis del aquelarre. John y su esposa, Catherine Carver (el ángel Serafiel), estaban convencidos de que los Sangre de Plata nunca habían sido totalmente vencidos y que un traidor estaba escondiéndolos entre sus filas, que uno de los suyos había diso corrompido. John Carver proponía la vigilancia y una investigación.

Sin embargo, Myles Standish (el arcángel Michael) fue igualmente apasionado en su creencia de que los sangre de plata ya no caminaban sobre la tierra. Por primera vez en la historia de los sangre azul había desacuerdo en el cónclave de los Ancianos. Pero John Carver perdió el voto blanco, ya que el Cónclave eligió Myles Standish, confirmando así su fe en Michael una vez más. John Carver perdió su posición de gobierno en el Cónclave, su solitaria oposición se vio silenciada bajo el mandato de mano de hierro del Regis.

Mientras pasaban los años, los sangre azul se volvieron cómodo, satisfechos, orgullosos, sin miedo. Acumularon una enorme riqueza e influencia en el Nuevo Mundo, que rivalizaba con los grandes palacios e imperios que habían construido en el Viejo. Los Sangre de Plata no habían sido ni visto ni oídos desde Roanoke. En cuanto al cónclave, Croatan era un mito, su existencia por ley quedó fuera de la historia de los sangre azul.

En Nueva York, los dirigentes del Cónclave establecieron el Comité, los vampiros quedaron protegidos por el consejo de administración del Banco de Sangre de Nueva York, entre otras instituciones educativas y causas benéficas, mientras los sangre azul seguían avanzando con su misión de llevar el arte, luz, la verdad y la justicia al mundo humano.

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