Ríos de tinta, los vampiros no existen, Fátima López Ortiz

La historia de una adolescente aparentemente normal.

Una chica gótica cuya vida no podría ir a peor.

Miles de dudas torturando su mente.

Y un sentimiento que hará que sus acciones lleguen al límite.

Y es que… El amor nunca muere.

Paula es una chica gótica de catorce años que empieza a salir con un chico de su grupo, Adri, pero cuando todo es perfecto y maravilloso, el sueño se desvanece ya que la familia del chico tiene que dejar Madrid y mudarse a Cádiz por motivos laborales. Por otro lado, Paula tiene un enamorado incondicional, que está junto a ello en todo momento aunque al principio casi parezca invisible, Lucas.

Con Adri lejos de Pau, la joven empieza a confundir sus sentimientos ya que entra en escena Javi, bastante perdida y sin saber a quién quiere, se encuentra con que Adri ha regresado para las vacaciones de Navidad, Pau está dispuesta a disfrutar de su compañía pero es asaltada y termina en el hospital, por lo que sus planes junto a Adri se frustran. Finalmente Pau acaba contándole a Adri lo de Javi y los jóvenes se despiden.

Cuatro años después Adri vuelve a ponerse en contacto con ella pero Pau está con Lucas. Pero la cosa sigue complicándose y es que ya nadie es lo que parece.

Lo primero que me llamó la atención de esta novela fue la portada, sin duda  sugería que estábamos ante una nueva novela sobre vampiros, si pensáis que es el caso os equivocáis, yo jamás la catalogaría como tal.
Normalmente en las reseñas no comento nada de los autores, pero me ha llamado mucho la atención que la autora sea tan joven, tiene sólo catorce años y aunque se nota su juventud en su prosa, es una joven promesa.
A pesar que la novela está dividida en cinco partes (introducidas por una canción en inglés) en Ríos de tinta hay dos partes claramente diferenciadas, la primera es una lectura muy juvenil, la segunda se complica con una trama absolutamente delirante.

Ríos de tinta está narrado como un diario personal escrito por Paula, aunque en este caso el clásico diario adolescente ha sido sustituido por un ordenador portátil más acorde con los tiempos que corren. Sólo hay una excepción en la narración y se debe a motivos argumentales.

El lenguaje es coloquial, cercano, muy similar al que usamos para hablar con nuestros amigos, sencillo, nada cuidado.

"Hace ya bastante tiempo que Adri se fue. No he recibido ninguna llamada suya, ni siquiera un sms. Me siento dolorida. Pero, bueno, así es la vida. Y así es el amor. El amor es una mierda. Una asquerosa y completa mierda. No sé si soportarlo"

Hay un gran salto en el tiempo dentro de la historia, conocemos a Paula con catorce años y luego otra vez con diecisiete casi dieciocho, pero a pesar de eso, la joven parece que no evoluciona, nadie en realidad lo hace, siguen teniendo la misma mentalidad a lo largo de la novela.

Otro punto que me ha llamado bastante la atención es que Paula se catalogue a sí misma como gótica pero que a parte de por su vestuario no actúe para nada como tal, Adri y Lucas también son góticos pero parece que en la novela se trata de algo meramente estilístico y musical, no una forma de vida.

Lo mejor de Ríos de tinta... es sin duda el giro que dan los acontecimientos al final, rompiendo esquemas y sorprendiéndonos. En general es un libro entretenido con un final realmente sorprendente e inesperado.